top of page





1/4



CONTRALUZ_edited.jpg

1/5


1/1
Acrobacia:
Tanto su vertiente de tierra como aérea tiene asociado un componente de riesgo que en la práctica educativa es minimizado por el trabajo de los facilitadores y las infraestructuras utilizadas. Es un riesgo controlado. La acrobacia permite trabajar la confianza y la solidaridad. Muchos de los ejercicios se deben desarrollar de manera independiente, pero con la ayuda de una o más personas. Al mismo tiempo, fomenta el desarrollo psicológico y físico de la persona, ya que requiere esfuerzo y atención para recibir, entender y ejecutar las instrucciones para hacer las figuras. Con esta disciplina, se crea un espacio de expresión corporal con un punto de partida en el hacer, sentir y pensar a través del cuerpo, respetando las posibilidades y limitaciones de cada integrante del grupo. Podemos hablar de “circo motricidad” o gimnasia dulce.
Malabares:
Contribuyen a aumentar la resistencia y superar las caídas y los errores. Esta probablemente sea la técnica de circo más rápida en aprender. El proceso de aprendizaje consiste en una serie de pasos que ayudan, por ejemplo, a superar la frustración desarrollando competencias como la concentración, la disciplina, el sentido del humor o el compañerismo.
CIRCO = VIDA SANA
Desde el punto de vista educativo, practicar circo incide en diferentes aspectos:
-
Aspecto técnico: facilita el conocimiento básico de las diferentes técnicas del circo, mejora el esquema corporal y psicomotriz y fomenta el hábito de trabajo autónomo y hábitos saludables, así como desarrollar la creatividad, la investigación y la improvisación.
-
Aspecto afectivo y emocional: permite adquirir un mayor grado de expresión y comunicación; un buen nivel de autoestima y seguridad en uno mismo; hace disminuir la sensación de aislamiento y cohibición; aumenta la actitud cooperativa dentro del grupo y del grupo hacia fuera; favorece la capacidad de esfuerzo, de persistencia y de asunción de responsabilidades, y al mismo tiempo potencia el respeto mutuo, la escucha activa y la observación.
-
Aspecto del ocio: permite aumentar la sensibilidad ante expresiones artísticas y permite aprender a jugar, trabajar, convivir en grupo y disfrutar del ocio de manera creativa y participativa. En definitiva, permite incorporar la práctica del circo en los hábitos de ocio.
-
Aspecto comunitario: puede fomentar la implicación directa del alumnado en el proyecto educativo, en el centro sociocultural y en su comunidad más cercana a partir de la programación de talleres, pasacalles y exhibiciones de carácter amateur.
El acento de este tipo de prácticas se encuentra en los retos artísticos, a los que tanto hombres como mujeres tienen que enfrentarse por igual. Reaccionan entre ellos a la hora de cooperar y prestar ayuda y entre todos deben interaccionar para hacer llegar el espectáculo a buen puerto. El entretenimiento conjunto refuerza la empatía y la cooperación dentro del grupo y a la vez muestra a los participantes que por medio del trabajo en equipo se puede crear más que mediante una sucesión de actividades individuales.
Para ver como se trabajan todos estos aspectos desde un punto de vista práctico
nos adentraremos un poco en tres técnicas:
Entra en el simulador para empezar a practicar
El entrenamiento y la preparación para un espectáculo de circo:
Fomenta una atmósfera de responsabilidad compartida. La preparación y la presentación del aprendiz hacen además, que este entienda la finalidad de la organización y la disciplina. Se experimenta de la planificación y la preparación, la visión en conjunto y la distribución de tareas y, de este modo, se aprende intuitivamente. Con la experiencia se supera el miedo escénico y la falta de seguridad en si mismo actuando ante el público.
bottom of page